El bebé siente la vibración de la voz de su madre a partir del cuarto mes de vida intrauterina. Esta vibración recorre la piel, la musculatura y los huesos de la madre recibiéndola el bebé como un masaje afectivo. Esta comunicación íntima se sutiliza aún más con el canto modulado. Según los tonos utilizados el bebé se activará o relajará.

Las notas graves ayudan a desarrollar especialmente las conexiones neuronales del tronco y las articulaciones inferiores, así como las notas más agudas desarrollan la parte superior del tronco y la cabeza.

La existencia prenatal va acompañada del sonido de la madre y del padre, estimulando la formación neurosensorial.

El canto moviliza la musculatura de una manera afectiva realizando suaves presiones con el diafragma sobre el cuerpo del bebé. Estas respiraciones profundas ayudan a nivelar la energía de la madre. Y también ha reconocer y sentir desde el diafragma. Las diferentes colocaciones ayudarán a conectar con el diafragma y a reconocerlo en su masaje interior al bebé.

El canto ayuda en la vida prenatal y también en el momento de dar a luz. Hay tonos de la voz que ayudan a dilatar el cuello del útero y tonos para activar la salida del bebé.

El marco de esta experiencia es la Psicofonía, técnica de trabajo vocal creada por Marie-Louise Aucher. En ella se trabaja el cuerpo como instrumento musical y como tal sensible de ser afinado, armonizado en su totalidad a través de la vibración de la propia voz.